Es una ensalada clásica de toda la vida. Recuerdo cuando mi madre me la preparaba para llevar al colegio y, a pesar de que no me gustaban las verduras, ésta era la única que comía sin problemas. Hoy en día la preparo con frecuencia, me parece una ensalada fácil, sencilla de hacer e ideal para cuando no hay mucho tiempo.
Ingredientes :
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4 Remolachas medianas
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2 Zanahorias grandes
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1 cebolla redonda
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Mahonesa al gusto
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Perejil picado finamente
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Sal y pimienta negra al gusto.
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Hojas de canónigos para decorar
Preparación :
1- Podemos comprar la remolacha que viene ya envasada al vacío y solo es cortarla en dados. Pero si tenemos remolacha fresca, la pelamos y ponemos a cocinar al vapor hasta que esté tierna, aproximadamente 8 o 10 minutos, enfriamos y cortamos en dados pequeños.
2- De igual manera procedemos con la zanahoria, la cocinamos en agua o al vapor unos 10 minutos, dejamos enfriar y después cortamos en dados.
3- Cortamos la cebolla en dados muy pequeños y ponemos todo en un bol junto con la zanahoria y la remolacha. Agregamos dos o tres cucharas de mahonesa al gusto y lo mezclamos todo. Salpimentamos, ponemos el perejil picado y lo dejamos en el frigorífico al menos una hora.
4- A la hora de emplatar, nos podemos ayudar de un aro metálico que colocaremos en el centro del plato donde vamos a servir y rellenamos con la preparación que acabamos de sacar del frigorífico, apretando un poco con la parte posterior de una cuchara; al estar fría la preparación mantendrá la forma redonda del aro. Retiramos el aro con cuidado para no estropear la forma y decoramos con ramitas de canónigos a su alrededor.
Notas
– Si no nos gusta o no queremos usar la mahonesa, se puede remplazar por yogurt natural o yogurt griego.
– Si no tenemos a mano canónigos, podemos decorar con unas hojas de lechuga tipo roble o lechuga crespa que también le dará un contraste bonito.
– Esta ensalada se conserva hasta 3 días en el frigorífico; tan solo sacarla media hora antes de consumir será suficiente para que se atempere.